Año 2005. Primer grado de
secundaria. En cierta clase de español, la maestra deja leer uno de los cuentos
que trae el libro de texto. Ese cuento se llama Recuerdo perdido. Comienzo a
leer intrigado y expectante, pues me engancha desde la primera frase:
“Transcurridos miles de
siglos, recordó que era Ames…”
Cuando termino de leer, lo
inscribo en la lista de mis cuentos favoritos.
Asi fue como coincidí con el
cuento de Isaac Asimov que ahora les comparto. Asimov nació en Rusia, en 1920 y
emigró con sus padres a Estados Unidos a los 3 años. Desde pequeño tuvo gran
afición por la ciencia ficción, por lo que desde los 11 años comenzó a escribir
pequeñas historias, logrando vender la primera de ellas a los 18. De ahí en
adelante, la escritura se volvería en otra de sus pasiones que no abandonaría
ya nunca. Asimismo, estudió Bioquímica en la universidad de Columbia y fue catedrático
de la universidad de Boston. Entre sus escritos más famosos, se encuentra la
saga de ciencia ficción conocida como La fundación y la historia Yo, robot (si,
en ella se basaron para la película de Will Smith). Murió en 1992.
El cuento Recuerdo perdido
(o también conocido como Los ojos hacen algo más que ver) aparece en el libro
de cuentos Sueños de robot. Transcurre miles de siglos en el futuro, teniendo
por protagonistas no a humanos, sino a un par de ondas de fuerza errantes
amigas, que vagan por el universo entero. Un día, la onda conocida como Ames,
le dice a su amigo Brock que tiene una novedad para el concurso de arte; una
nueva forma artística, nunca antes vista. Brock, escéptico, le dice que no
puede haber nada nuevo, que ya todo se ha inventado; Ames se niega a
conformarse y comienza a explicarle a Brock su proyecto. A medida que
transcurre la conversación, y Ames construye su obra, ambos recuerdan cosas que
estaban en el total olvido, llegando a una conclusión sorprendente, tan bella,
como profundamente triste.
A continuación el cuento
completo. No es muy largo y la forma en que está escrito es amena y fácil de
seguir. Disfrútenlo.
“Transcurridos miles de siglos recordó que era Ames. No
la combinación de longitudes de ondas que a través de todo el universo era
ahora el equivalente de Ames, sino el sonido que correspondía a la
pronunciación de su nombre. Nació así una pálida evocación de las ondas sonoras
que ahora no percibía, y que no percibiría jamás.
El nuevo proyecto aguzaba su memoria, resucitando tantas
y tantas cosas extraviadas en la noche de los tiempos.
Entonces condensó las cargas de energía que constituían el conjunto de su individualidad,
y sus líneas de fuerza se extendieron mucho más allá de las estrellas.
La respuesta de Brock llegó hasta él.
La respuesta de Brock llegó hasta él.
«Puedo confiar en Brock», pensó Ames. Estaba
seguro.
El flujo energético de Brock entró en contacto con el
suyo:
—¿No vas a venir, Ames?
—Claro que sí.
—¿Participarás en el concurso?
—¡Sí! —Las líneas de fuerza de Ames se agitaron con
intensas pulsaciones—. Sin duda. He soñado con una nueva forma artística. Algo
original.
—¡Cuánto esfuerzo derrochado en vano! ¿Cómo puedes creer
que exista una nueva variante después de dos mil siglos? No podemos descubrir
nada nuevo.
Por un momento Brock quedó fuera de fase e interrumpió la
comunicación, y Ames vio obligado a reajustar sus líneas de fuerza. Captó
entonces extraños pensamientos a la deriva, le llegó una visión de galaxias
polvorientas sobre el telón aterciopelado de la nada, percibió las líneas de
fuerza de torrentes insondables de energía vida, errantes por toda la
galaxia.
—Por favor, Brock —suplicó Ames—, absorbe mis pensamientos.
No bloquees tu mente. Se me ha ocurrido la manera de manipular la Materia.
¡Imagínate! Una sinfonía de Materia. ¿Por qué molestarse con Energía? No hay
nada nuevo en la energía y lo sabes. ¿Cómo podría ser de otra forma? ¿Acaso no
prueba eso que debemos experimentar con la Materia?
—¿La Materia?
Ames registro entonces las vibraciones energéticas de
Brock y las interpretó como manifestaciones despectivas.
—¿Por qué no? —dijo—. ¿Acaso nosotros no hemos sido antes Materia? De eso hace un quintillón de años, por lo menos ¿Por qué no construir objetos o incluso formas abstractas partiendo de la materia en un medio material? Escucha, Brock... ¿Por qué no moldear una réplica nuestra con Materia, una Materia a nuestra imagen y semejanza, tal como fuimos alguna vez?
—No recuerdo nuestro aspecto —dijo Brock—. Todos lo olvidaron ya.
—Yo lo recuerdo —dijo Ames con vehemencia—. No pienso en otra cosa, y estoy comenzando a recordar. Brock, déjame mostrarte. Dime que tengo razón. Dímelo.
—No. Es estúpido. Es... repugnante.
—Déjame intentarlo, Brock. Hemos sido amigos. Hemos reunido nuestra energía desde el principio, desde el momento en que nos convertimos en lo que ahora somos. ¡Por favor, Brock!
—De acuerdo, pero hazlo rápido.
Ames no había sentido correr un temblor igual, a lo largo de sus líneas de fuerza, desde... ¿desde cuándo? Si lo intentaba ahora ante Brock y obtenía éxito, se atrevería a manipular la Materia ante la Asamblea de Seres Energéticos que estaban esperando en vano el nacimiento de una novedad desde hacía varios milenios.
—¿Por qué no? —dijo—. ¿Acaso nosotros no hemos sido antes Materia? De eso hace un quintillón de años, por lo menos ¿Por qué no construir objetos o incluso formas abstractas partiendo de la materia en un medio material? Escucha, Brock... ¿Por qué no moldear una réplica nuestra con Materia, una Materia a nuestra imagen y semejanza, tal como fuimos alguna vez?
—No recuerdo nuestro aspecto —dijo Brock—. Todos lo olvidaron ya.
—Yo lo recuerdo —dijo Ames con vehemencia—. No pienso en otra cosa, y estoy comenzando a recordar. Brock, déjame mostrarte. Dime que tengo razón. Dímelo.
—No. Es estúpido. Es... repugnante.
—Déjame intentarlo, Brock. Hemos sido amigos. Hemos reunido nuestra energía desde el principio, desde el momento en que nos convertimos en lo que ahora somos. ¡Por favor, Brock!
—De acuerdo, pero hazlo rápido.
Ames no había sentido correr un temblor igual, a lo largo de sus líneas de fuerza, desde... ¿desde cuándo? Si lo intentaba ahora ante Brock y obtenía éxito, se atrevería a manipular la Materia ante la Asamblea de Seres Energéticos que estaban esperando en vano el nacimiento de una novedad desde hacía varios milenios.
La Materia se hallaba ahora muy dispersa, en los
intersticios de las galaxias; pero Ames la concentró, barrió volúmenes que
sumaban años-luz elevados al cubo, seleccionó los átomos, obtuvo una
consistencia gelatinosa y obligó a la materia a disponerse en forma ovoidal,
alargada en su parte inferior.
—¿No lo recuerdas, Brock, si era como esto?
El haz energético de Brock se conmovió con una sacudida en fase.
—No me obligues a recordar. No recuerdo nada.
—Eso era la cabeza. Así la llamaba; cabeza. La recuerdo también que podría pronunciar el nombre. Quiero decir, emitir sus sonidos -esperó un momento, y difo-: Mira, ¿recuerdas esto?
En la parte superior del ovoide apareció la palabra «CABEZA».
—¿Qué es eso? —preguntó Brock.
—Pues el término que designa la cabeza. Los símbolos que representaban esa palabra en su traducción sonora. ¡Dime que lo puedes recordar ahora, Brock!
—Había algo —Brock vaciló—. Algo a la mitad.
Y tomó forma un cuerpo vertical
—¡Sí, claro! ¡La nariz, eso es! —dijo Ames, a la vez que aparecía la palabra «NARIZ» en el lugar indicado—. Y aquí están los ojos, a ambos lados.
¿En realidad deseaba lo que estaba haciendo?
—La boca -dijo, sus líneas de fuerza temblaban-. Y el mentón, y la manzana de Adán, y las clavículas. ¡Voy recordando los nombres!. —Y todas ellas aparecieron escritas junto a la figura ovoide.
—No había pensado en todo eso en varios miles de siglos—dijo Brock—. ¿Por qué lo trajiste a mi memoria? ¿Por qué?
Ames estaba absorto en sus pensamientos. Había otras cosas, el órgano del oído y sus receptores de ondas sonoras. ¡Las orejas! ¿Dónde hay que ponerlas? No recuerdo nada.
—Olvídalo todo —gritó Brock—. Las orejas y todo lo demás. ¡No lo recuerdes!
—¿Qué hay de malo en recordar? —replicó Ames, desconcertado.
—¿No lo recuerdas, Brock, si era como esto?
El haz energético de Brock se conmovió con una sacudida en fase.
—No me obligues a recordar. No recuerdo nada.
—Eso era la cabeza. Así la llamaba; cabeza. La recuerdo también que podría pronunciar el nombre. Quiero decir, emitir sus sonidos -esperó un momento, y difo-: Mira, ¿recuerdas esto?
En la parte superior del ovoide apareció la palabra «CABEZA».
—¿Qué es eso? —preguntó Brock.
—Pues el término que designa la cabeza. Los símbolos que representaban esa palabra en su traducción sonora. ¡Dime que lo puedes recordar ahora, Brock!
—Había algo —Brock vaciló—. Algo a la mitad.
Y tomó forma un cuerpo vertical
—¡Sí, claro! ¡La nariz, eso es! —dijo Ames, a la vez que aparecía la palabra «NARIZ» en el lugar indicado—. Y aquí están los ojos, a ambos lados.
¿En realidad deseaba lo que estaba haciendo?
—La boca -dijo, sus líneas de fuerza temblaban-. Y el mentón, y la manzana de Adán, y las clavículas. ¡Voy recordando los nombres!. —Y todas ellas aparecieron escritas junto a la figura ovoide.
—No había pensado en todo eso en varios miles de siglos—dijo Brock—. ¿Por qué lo trajiste a mi memoria? ¿Por qué?
Ames estaba absorto en sus pensamientos. Había otras cosas, el órgano del oído y sus receptores de ondas sonoras. ¡Las orejas! ¿Dónde hay que ponerlas? No recuerdo nada.
—Olvídalo todo —gritó Brock—. Las orejas y todo lo demás. ¡No lo recuerdes!
—¿Qué hay de malo en recordar? —replicó Ames, desconcertado.
—Que la superficie no era áspera ni fría como tu
escultura, sino dulce y tibia. Que los ojos eran tiernos y vivos, y los labios
de la boca trémulos y acariciantes se posaban sobre los míos.
Las líneas de fuerza de Brock palpitaban y se apagaban,
intermitentemente...
—¡Me duele tanto!
—Me recordaste que antes fui mujer, y que conocí el amor. Que los ojos no sólo sirven para ver, y que ahora no tengo con qué llenar ese vacío.
Entonces ella añadió materia violentamente a la cabeza, elaborada en forma burda y gimió:
—Pues bien, que esto la termine —giró sobre sí misma y se fue.
Y Ames comprendió que antes fue un hombre. La fuerza de su energía partió la cabeza en dos. Salió velozmente por las galaxias, siguiendo el rastro energético de Brock, para volver al inexorable destino de la vida.
—¡Me duele tanto!
—Me recordaste que antes fui mujer, y que conocí el amor. Que los ojos no sólo sirven para ver, y que ahora no tengo con qué llenar ese vacío.
Entonces ella añadió materia violentamente a la cabeza, elaborada en forma burda y gimió:
—Pues bien, que esto la termine —giró sobre sí misma y se fue.
Y Ames comprendió que antes fue un hombre. La fuerza de su energía partió la cabeza en dos. Salió velozmente por las galaxias, siguiendo el rastro energético de Brock, para volver al inexorable destino de la vida.
Los ojos de la cabeza resquebrajada seguían brillando con
la humedad que depositó Brock, cuando quiso representar las lágrimas. Y la
cabeza de Materia logró lo que los seres energéticos no podrían conseguir en
toda su existencia: lloró por la humanidad entera y por la frágil belleza de
los cuerpos a los que un día los hombres renunciaron, miles de siglos
atrás."
Muy bueno! Ya lo había leído, años atrás y no hubiera recordado de quién era o como se llamaba. Espero la siguiente publicación ;)
ResponderBorrarQue bueno que te gustó :)
BorrarSi qué bueno
BorrarUno de los grandes de la literatura fantástica; triste. Siempre he pensado que por encima de las ciencias, el arte hace las predicciones sobre el devenir de los seres humanos, y si no predecir, desnudar. Aunque ese futuro no se ha ejecutado todavía, el planteamiento se acomoda en el corazón de agua luminosa de la realidad. Muy buen cuento, y muy buena introducción.
ResponderBorrarMuchas gracias. Concuerdo totalmente contigo; el arte predice el devenir. Al describir la realidad tal cual es ahora, siempre se atisba un poco de lo que sigue. De ahí que el arte sea, prácticamente, atemporal.
BorrarUna pregunta cual fue la última reacción de brock
Borrarhermoso cuento, De que parte seria la introduccion, despues el desarrollo y el desenlace, la complicacion y cual es la resolucion
ResponderBorrarUn relato interesantísimo. Como siempre el Asimov sorprendente. Gracias por compartirlo
ResponderBorrarMee Gusto Pero Quiero Saber
ResponderBorrar¿como Difinirian eso qe ames denomina "Una Singonia De materi"?
si tuvieran que aplicarle una continuacion al relato, cual seria?
ResponderBorrarCual es el.proyeecto que quiere presentar ames
ResponderBorrarQue mamasita niñas te quiero violar
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