jueves, 26 de septiembre de 2013

De qué va el libro/III: Corazón enfermo


Si no fuera por la mujer con la que hoy comparto los días, seguramente jamás hubiera conocido o leído el libro que hoy voy a recomendarles. Uno es muy pretencioso como para dar con estos productos. Debo aprender de ello. Y es que a ella le encanta leer cosas que nadie más lee. Puede ver en una estantería miles de títulos y seguramente tomará el menos visible, seguramente comprará el libro que menos se espera.  

Entre los títulos de su atípica y extensa biblioteca está el protagonista de hoy: Corazón enfermo. Si les atraen las historias de personajes rotos, relaciones enfermizas y asesinatos, lean esta entrada; puede interesarles.


El detective Archie Sheridan es llamado para detener a un homicida y violador de adolescentes, después de haberse dado una pausa laboral de 2 años, debido a los traumáticos eventos de la tortura propinada por Gretchen Lowell, una bella y sádica mujer a la que llevaba persiguiendo 10 años. En la resolución del nuevo caso, el adicto a las pastillas y obsesionado con su pasado, tendrá enfrente de él la decisión final: seguir conservando los fantasmas u olvidarlos de una vez por todas y comenzar de nuevo.

El libro es, en realidad, sencillo en su trama. La principal, que es la que ocurre en tiempo actual, realmente va desenvolviéndose paso a paso, a veces lenta, pero nunca deja de ser interesante, a mi juicio. Sin embargo, a lo largo de la novela se van alternando flashbacks que cuentan con lujo de detalle las torturas (no aptas para personas sensibles) a las que es sometido el protagonista, un ser oscuro, grave; Archie Sheridan es de los personajes más rotos que he encontrado en las letras. Y es que la relación que sostiene con su captora, estando a su merced, atado a una plancha con clavos en las costillas, no es la típica relación de secuestrador-secuestrado. Hay algo más, algo que echa raíces… pero es una raíz venenosa. Aún después de ser liberado, ese sentimiento enfermo que lo ata a Gretchen no se rompe, se tensa, incluso. Archie no olvida a esa mujer cuya belleza es proporcional a su crueldad (como una dato, cuando la serie de The Following comenzó, el protagonista, interpretado por Kevin Bacon, me recordó mucho al protagonista del libro. Para que se den una idea si han visto la serie).

Tal vez al principio no es tan fácil simpatizar con los personajes, pero conforme la novela avanza, se les va entendiendo. No diría que son personajes especialmente carismáticos, pero están bien trazados y su psicología resulta interesante. Por otra parte, la historia está narrada de una forma sencilla, por parte de un narrador extradiegético; no cansa y se termina de leer en poco tiempo. Una buena historia que vale la pena conocer.

Con el slogan de “Puedes enamorarte de tu asesina?” en la contraportada, Corazón enfermo es un libro recomendable. Échenle un ojo, si pueden, no se arrepentirán. Y si lo hacen, bueno, ya saben a quién echarle la culpa por recomendarlo. Un fragmento, pa que entren en calor:

“[…] Ve cómo aparta la sábana blanca que lo cubre, dejando su pecho al descubierto, y se da cuenta de que está desnudo. No le invade ningún sentimiento de vergüenza. Es un hecho. Simplemente. Ella pone la palma de sumano sobre su esternón. Él sabe lo que eso significa. Ha memorizado las fotos de los crímenes, las abrasiones y las quemaduras en el torso. Es parte del perfil, una de sus firmas.

—¿Sabes qué viene ahora? —le pregunta, sabiendo que él es consciente de ello.

Necesita hablar con ella. Ganar tiempo. Emite un sonido ahogado a través de la cinta adhesiva y hace un gesto, indicando que se la quite. Ella le pone un dedo sobre los labios y niega con la cabeza.

—Todavía no —le dice con suavidad, y vuelve a preguntarle, algo más secamente—: ¿Sabes lo que viene ahora?

Él asiente.
Ella sonríe, complacida.

—Por eso he preparado algo especial para ti, querido.

Detrás de ella hay una bandeja de instrumental. Se gira y agarra algo de ella. Un martillo y un clavo. «Interesante», piensa, sorprendido por su habilidad para distanciarse de sí mismo y permanecer como un observador clínico. Hasta ahora las víctimas parecían haber sido elegidas al azar, hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, pero las heridas en el torso, aunque habían evolucionado, eran notablemente consistentes. Pero nunca había usado clavos hasta ese momento.
Ella parece satisfecha.

—Supuse que te agradaría algo de variedad.

Deja que la punta de sus dedos tamborilee sobre su pecho hasta encontrar la costilla que busca, y entonces coloca la punta del clavo sobre la piel y deja caer el martillo con fuerza. Él siente el chasquido de su costilla al romperse y vuelve a ahogarse. Su pecho arde de dolor. Lucha por respirar. Le lloran los ojos. Ella enjuga una lágrima de sus mejillas enrojecidas, acaricia su pelo y luego busca otra costilla para repetir el proceso. Una y otra vez. […]”

¿Extremo, no? Ojalá les agrade. Sigan visitando el blog y comenten, me agrada saber lo que piensan. Saludos.

Tan tan. 




2 comentarios:

  1. TOTALMENTE RECOMENDABLE. Es un libro que te dejará intrigado y no podrás dejar de ller. Te amo, amor, que bueno que lo hayas leído :)

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