miércoles, 26 de junio de 2013

Textos/I: Fragmento

Hola. Esta es la primera entrada en este blog y debe ser significativa.
Este es un fragmento de una historia aún inconclusa (en el papel y en la realidad. Pero aunque en papel se sabe que no se puede escribir por siempre, en la realidad aún no se divisa el final de dicha historia y no me interesa divisarlo. Hay algunas cosas tan buenas que merecen durar mucho, mucho más). Los protagonistas son quien esto escribe y cierta mujer que venció el miedo a entrar en el bosque oscuro y encontró las rosas al pie de mis cipreses. Ella es la culpable de que hasta los días poco benignos, sean tiempos de esperanza.

"Tal vez realmente nunca fueron conscientes de lo que iba pasando. Como se ha mencionado, sus acciones no iban encaminadas a un amor. Esa no era la intención (¿y cuál era?). Sus discursos no contenían extrañeza alguna, pero la roca siguió rodando del lado bueno, evitando el despeñadero. (¿Destino? ¿Voluntad? ¿Coincidencia? ¿El amor apuntándoles con su dedo tembloroso, pero inamovible?). Se dieron todas las armas posibles para conocerse completamente. Usando una metáfora (y a ellos les encanta hablar con metáforas) algo bélica, se podría decir que continuamente sacaban un arma cargada, se la ponían al otro en la mano y dirigían el cañón hacia su propia cabeza (¿y por qué nunca hubo disparos?). No hay nada que no sepan uno del otro (o nada que no puedan deducir). Cada cosa que se decían, que se prestaban, que conversaban, que provocaban, era una prenda menos, una piel más que caía. Hasta que llegaron a sus centros y entonces, con el conocimiento de todo lo que había en la superficie y en lo más recóndito, sucedió lo más inesperado, lo menos lógico, la apuesta más baja, lo más bizarro, lo más maravilloso, lo que ni ellos esperaban pero que tomaron como esa bocanada de aire fresco que por fin entraba a su túnel, a su patio de amores fallidos: Se enamoraron.

A ella le gusta la complejidad de él (y eso es, acaso, porque ella también lo es), su poca simpatía, su sarcástico humor, su vida llena de libros y algo solitaria. A él le gusta de ella su carisma, sus dibujos adorables (y ella niega tajantemente ser adorable), su forma de ver la vida, el amor, su risa fácil, o mejor dicho carcajada, su fondo que derrama miel, aunque ella lo niegue frente a la gente (y a veces, ante ella misma); le gustan también su piel y sus ojos, como le encantan sus ojos; su boca, su cabello despeinado y ama cuando no usa maquillaje, aunque ella diga que se ve fatal. Ama su cuerpo y la humedad que ciertas tardes exquisitas ha mojado su mano. Ama su mirada luego de un beso. Ama la forma en que ella le dice Te amo y ama la facilidad con la que él puede decírselo, como si esas palabras hubieran siempre estado reservadas para ella. Ama la complejidad de su simpleza y la simpleza de su complejidad (porque ella es una persona simple. Porque ella es una persona compleja). Ama también cuando ella pone la cabeza en su hombro, cuando le toma la mano y juguetea con su pulgar y su anular, como si quisiera mandar un mensaje oculto. Ama la forma en que lo ama y ama la forma en que la ama."



Esto es por ti y para ti (tú sabes que eres tú). Y en pago, también, de aquel texto que me hiciste hace más de un año, en mi cumpleaños; de las palabras más geniales y sinceras que me han dicho.

PD: 

4 comentarios:

  1. Me gusta tu yo emprendedor :D te amo,mi vida <3 se lee increíble e interminable <3 ojalá! Te amo y me haces en extremo feliz<3 gracias!

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    1. Ojalá sea interminable. Tú también me haces sumamente feliz. :)

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  2. Que ternura hermano, debajo de ese existencialista existe un hombre con corazón enorme, mis felicitaciones.

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  3. Gracias, mi hermano. Ya ves, lo menos que puedo hacer por esta mujer, es regalarle un cuento.

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