Mucho
se suele decir acerca de la falta de innovación y originalidad en el cine. Que
si producciones “plásticas” y “superficiales”, o reciclajes y tonterías. Con un
vistazo a Ella, la nueva película de Spike Jonze (y nominada al oscar 2014 por
mejor película), esas aseveraciones pueden callarse, pues comprueba que con un
tema tan manoseado se pueden seguir contando historias increíbles. Ella es una
historia de amor entrañable y diferente. Una verdadera bocanada de aire fresco
para estos tiempos que corren, tan llenos de cualquier cosa.
La
película acontece en un futuro no tan lejano y cuenta la historia de Theodore
Twombly, un hombre deprimido. Lleva casi un año separado de su esposa y se
niega a firmar los papeles de divorcio. Trabaja en una compañía que se dedica a
redactar cartas por pedido de sus clientes para sus familiares, cónyuges o lo
que sea. Su vida es rutinaria y llena de soledad.
Cierto
día adquiere un nuevo sistema operativo, que más que eso, es “una conciencia”,
algo que “te entiende, te acompaña y te conoce”. Al instalarlo y agregarle la
amable y simpática voz de “Samantha”, poco a poco descubre que la interacción
con ella, con esa voz de mujer que no lo juzga y a quien puede contarle cosas
que no le diría a nadie, se vuelve indispensable. Con ello ocurre lo
inevitable: se enamora de ella. Lo que seguirá a partir de ahí es la historia
de una relación que, como cualquier otra, tiene sus valles y sus simas. Una
tierna, dolorosa e increíble historia de amor.
Es
esta una película que merece, con justa razón, todos los elogios que puede haber
con respecto a la frescura y la originalidad, pues ese es su mayor mérito. Y es
que debido a su premisa, era demasiado fácil que Ella cayera en todas las cosas
de las que suelen pecar producciones con premisas demasiado inflamables:
lugares comunes, humor involuntario, absurdos giros de trama dolorosos de ver y
pena ajena, entre otras. Afortunadamente Spike Jonze supo manejar hábilmente esta
historia tan arriesgada para llevarla a buen puerto.
Para
lograr esto, todas las partes que integran el filme funcionan a la perfección.
En primer lugar, la actuación espléndida de Joaquin Phoenix logra transmitir
esa soledad y melancolía que impregna a su personaje. La pesadez disimulada con
la que hace su trabajo, el tono cansino con el que le dicta a su computadora cartas
de amor o con el que habla con sus amigos. A su vez también logra trascender la
pantalla la vivacidad que le inyecta la relación con Samantha, esa sonrisa que
le provoca hablar con ella, y el dolor que siente al recordar su matrimonio
fallido. El Theodore Twombly de Phoenix se siente real, el espectador puede
identificarse con él, con su sentir, con su historia.
La
otra actuación memorable es la de Scarlett Johansson como la voz del sistema
operativo “Samantha”. La química con Phoenix es innegable y muy agradable de
ver (¿o escuchar, más bien?). Su voz tiene todos los matices necesarios que
requiere la historia: es sensual cuando debe serlo, se oye enamorada o triste,
celosa, y hasta comprensiva. Realmente sería difícil no enamorarse de una voz
así. Tampoco se puede dejar de mencionar a Amy Adams, muy en su papel de la
pretenciosa pero tierna y fiel amiga de Theodore. Su papel no es sorprendente, pero
es un buen secundario.
Lo
siguiente en contribuir a que esta película sea memorable es el hecho de que
nunca pierde el tono. Es consistente y coherente con ella misma. El mundo que
nos presenta es totalmente verosímil, y las coincidencias (¿y predicciones?)
con nuestro mundo actual, o lo que podría llegar a ser, son inevitables y hasta
obligadas. Jonze nunca deja que las situaciones se desborden y mucho menos que
el absurdo provoque pena ajena; a final de cuentas lo absurdo no es que un
hombre esté enamorado de un sistema operativo, lo absurdo es el sentimiento
mismo, las pasiones humanas. Porque el amor es absurdo, arbitrario, pero
también fuerte e intenso cuando es real.
Ahí
está puesto el acento: En las relaciones, en los sentimientos, en el hecho de
vivir con alguien e incorporarlo a tu vida, en lo complicada que se vuelve la
vida de cualquier persona cuando está enamorada. De Ella se aprende que
cualquier relación con cualquier cosa que piense y tenga sentimientos (sea un
humano o un sistema operativo) es una reverenda locura. Pero una locura que
vale la pena. Una experiencia que quizá te deje en el suelo, que te haga experimentar
el dolor y la tristeza más profundos… pero que al mismo tiempo te hace
corroborar que estas vivo, que respiras, que te mueves; que amas.
Nos
encontramos ante uno de los filmes más interesantes y propositivos que se han
hecho en los últimos años; un filme que invita incluso a la reflexión sobre
nuestra relación actual con la tecnología y nos da un vistazo a un futuro
posible donde se hable hasta de relaciones con máquinas. Habrá que ver a
donde nos lleva todo esto.
Spike
Jonze ha logrado una película memorable, plagada de ideas novedosas,
imaginativa y entrañable: Ella, una verdadera historia de amor. Nada menos.
Gracias
por leer, no se pierdan la película y no olviden darle like a la entrada.
Saludos.
Título: Her
Director: Spike Jonze
Actúan: Joaquin Phoenix,
Scarlett Johansson, Amy Adams
País: Estados Unidos
Año: 2013
concuerdo contigo! indudablemente es una película que vale la pena ver, es tan...realista que por eso conmueve y uno se identifica con los personajes =)
ResponderBorrarVaya que es una película que vale la pena... de las mejores premisas que ha habido en los últimos años, y con una gran ejecución.
BorrarMe gustó la película, creo que de ella me encanto todo, hasta la música, hacia que realmente sintieras lo que Samantha sentía. Es usted un muy buen escritor, debería escribir las reseñas de Cinépolis, porque con lo que dice ahí a la gente no le gusta, y la verdad se pierden de mucho.
ResponderBorrarjaja, iré a pedir trabajo ahí :P "Ella" es una gran película como para que pase desapercibida.
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