No
cabe duda que la televisión está atravesando una época de esplendor creativo y
brillantez artística. A finales de la década pasada, con programas como Lost o
House MD., comenzó lo que poco después (y hasta la fecha) sería el estallido de
la televisión como el medio idóneo para contar historias emocionantes,
interesantes y complejas; la programación ya no se trataba solo de programas de
concursos, de revista o películas; ahora teníamos Game of Thrones, Breaking
Bad, Mad Men, y muchas otras series que dejaban de ser “tan solo un programa de
la tele”, para volverse nuevos referentes culturales, deleitar a su público con
tramas complejas, personajes construidos con precisión y producciones de primer
nivel, que absorbían elementos tanto técnicos como narrativos que antes nunca
se hubiera soñado ver en la televisión, tan solo en una película o un producto
más “serio”.
Las
series de televisión se han ganado un lugar privilegiado. Dentro de este
formato televisivo se pueden encontrar joyas de un valor incalculable; las
estadounidenses True Detective, House of Cards, Orange is the New Black, o las
inglesas Black Mirror, In The Flesh, Utopía, solo por citar algunas y de las
más conocidas. Pero dentro de esta pléyade de joyas televisivas, hay algunas no
tan promovidas que, sin embargo, dejan ver de manera evidente que la
televisión, dista mucho de ser tan solo una “caja idiota”.
Ese
es el caso de la inglesa Southcliffe, algo a medio camino entre serie de
televisión y cine de autor. Transmitida a mediados del 2013 por Channel 4 y
dirigida por el neoyorquino Sean Durkin, la serie fue presentada incluso en el
Festival de Cine de Estocolmo y en el de Toronto, como uno de los grandes
estrenos de los eventos. Una serie verdaderamente imperdible.
Un
pequeño pueblo de Inglaterra, supuestamente tranquilo, apartado del libertinaje
y las grandes catástrofes, donde sus habitantes se enorgullecen de su apacible
y aparentemente sano modo de vida, ve rotas sus apariencias cuando, un día por
la mañana, es despertado por el sonido de disparos en la lejanía. Nadie sabe
qué ocurre, pero a partir de entonces ya nada volverá a ser igual. Uno de sus
habitantes, Steven Morton, un ex-militar anodino y sosegado, ha decidido tomar
un rifle y matar a cuanta persona se le atraviese en el camino. La tragedia
toma por sorpresa a todos y conmociona el inconsciente colectivo en sus raíces
más profundas. Poco después, un reportero llega al lugar a seguir el caso, pero
sus propios lazos íntimos con Southcliffe, saldrán a relucir inevitablemente.
Esto
es apenas la punta del iceberg. Con Southcliffe, estamos ante un verdadero
prodigio de narrativa. En 4 capítulos conocemos varios enfoques del altercado, que
nos dan cuenta de la magnitud del suceso y la repercusión del acto en la
comunidad entera, más dispuesta a olvidar que a indagar en las raíces del
problema. A lo largo del programa, Sean Durkin construye una crónica del drama,
un relato casi completo de la calamidad y el dolor que se desencadenan a partir
de que uno de sus miembros, ese que se antojaba prescindible y secundario,
decide llenar las calles de su pueblo con sangre. Es entonces cuando la idílica
y frágil idea que tienen todos del lugar donde viven, se evidencia como no más
que una mentira que, una vez llegada la tragedia, obstaculiza la autocrítica y
niega la catástrofe, en aras de conservar la apariencia de paz y recato moral.
Un
producto arriesgado, sin duda, que sin embargo sale avante en prácticamente
cualquier aspecto. El realizador es capaz de manejar la trama con cuidado y
elegancia, pintando un cuadro global tanto de los elementos principales como
los secundarios; los actores son increíbles, con trabajos interpretativos duros, increíblemente ejecutados; la fotografía, lúgubre y sofisticada a la vez, nos presenta
una comunidad deslavada, sumida entre la niebla y el viento; los paisajes
brumosos y grises, sirven de encuadre para un relato plagado de dureza, que
nunca cae en los excesos del melodrama, sino todo lo contrario, dibuja con
precisión las simas que alcanzan los personajes que fueron tocados por la
tragedia, ya sea directa o indirectamente, a través de constantes saltos en el
tiempo, en un historia no líneal que a menudo vuelve a lugares y momentos que
ya habíamos visto, pero contados desde otro enfoque, lo que obliga al
espectador a prestar toda su atención desde el inicio y hasta el final de los
cuarenta y cinco minutos aproximadamente que dura cada capítulo, dentro de los
cuales no hay nada que sobre; ni un solo momento, ni un personaje, ni un
encuadre. Tal vez haya cosas que falten (el último capítulo, sobretodo, que
podría ser considerado anticlimático luego de 3 capítulos vapuleantes y con
algunas cosas interesantes que se antojan poco desarrolladas, lo que evidencia
un poco la dificultad de cerrar de manera redonda esta historia) pero no
demeritan en nada el trabajo hecho.
Un
drama áspero, pasivamente agresivo, contado como la crónica de una catástrofe.
Un relato perfectamente equilibrado, que utiliza impecablemente sus elementos
para provocar en el espectador justo la sensación que quiere: pesadez e
incomodidad. Porque en el pueblo de Southcliffe, donde, según sus habitantes
“no pasa nada”, hay un fantasma merodeando las calles, moviéndose sigiloso
entre las avenidas y las casas; un fantasma oscuro que se mueve debajo de la
piel de todos sus habitantes y aguarda el momento preciso para salir.
Con
esto, llegan las preguntas: ¿Acaso el tiroteo fue un caso aislado? ¿Fue de
verdad una acción individual, motivada por un instinto psicópata y alentado por
la locura? ¿O fue la consecuencia indirecta de las acciones y la forma de pensar
de un pueblo sumido en la intolerancia, la mofa, el desprecio y la
incomprensión, que se cree recatado y pacífico? Quizás solo fue la reacción
lógica de un hombre contenido que, como una olla a presión, con su estallido alcanzó
a todo aquel que estaba cerca de él. Quemando a todos aquellos que, sin darse cuenta, sin quererlo, prendieron el
fuego y no vieron venir la explosión.
Título:
Southcliffe
Director:
Sean Durkin
Escritor:
Toni Grisoni
Año:
2013
País: Inglaterra
País: Inglaterra
Capítulos:
4
Actúan:
Rory Kinnear, Sean Harris, Shirley Henderson, Anatol Yusef, Eddie Marsan, Kaya
Scodelario
PD: Como regalo, les dejo un link donde pueden ver la serie completa, subtitulada. Disfrútenla.
http://www.cinedemedianoche.cl/2014/08/miniserie-southcliffe-tv-2013.html
PD: Como regalo, les dejo un link donde pueden ver la serie completa, subtitulada. Disfrútenla.
http://www.cinedemedianoche.cl/2014/08/miniserie-southcliffe-tv-2013.html
no puedo acceder al link ya que me dice que no estoy invitada al blog. me cachis
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