jueves, 27 de junio de 2013

De qué va la película/I: Buscando a Sugar man



Interesante filme, ganador del Oscar a mejor documental en 2013, que se desenvuelve con una trama de suspenso, casi detectivesca, por encontrar la verdad acerca de ese roquero llamado Sixto Rodriguez, que tenía todo para volverse una super estrella y sin embargo, vendió solo 6 copias de su primer álbum en Estados Unidos; Más adelante, hacia la mitad, nos dan cuenta de que corrió con mejor suerte en otras latitudes y devela sus álbums como himnos de la juventud sudafricana, en los tiempos del apartheid.





Los testimonios y la edición, van creando de la figura del cantante una leyenda ("Se suicidó en el escenario", "se inmoló mientras cantaba"...); son pensados y estructurados para intrigar al espectador acerca de la verdad sobre Sixto y preparan el escenario para una posterior y gran vuelta de tuerca, de genuina emoción. Sumamente recomendable.

Aquí una de sus canciones. Disfruten.




Título: Searching for sugar man
Año de producción: 2012
Director: Malik Bendjelloul
Género: Documental
País: Suecia/Reino Unido
Duración: 86 min.

Textos/II: Noticias

Su nombre no era importante, sin embargo le llamaban por uno que le habían dado, “El preso”. Dado que a nadie realmente le importaba qué ocurriera con su vida, lo habían metido en una celda muy estrecha con solo una ventanita que daba hacia el mar, a fin que escuchara solamente las olas y nada de las conversaciones que afuera tenían lugar.
Del mismo modo, las torturas resultaban agobiantes, no tanto por los choques, o por las llagas infectadas, sino porque las sufría en completa soledad e imaginando qué sería de toda la tropa en esos instantes, mientras que él solo podía mirar la ventanita, así como la noche anterior, y la anterior, y la anterior a esa.
A menudo recordaba cómo había comenzado todo y cómo había seguido: Las hambrunas, los gritos, la rabia, la miseria y la desesperanza. El movimiento, las ganas, la organización, los puños, la tierra. Las redadas, las selvas, los fugitivos, la represión, la captura, el apresamiento, las muertes. Nada le hubiera hecho sentirse mejor que tener noticias de sus compañeros y de cómo había resultado el asalto al Palacio: ¿Lo habían logrado?, ¿se habían infiltrado hasta la habitación del Coronel?, ¿le habían matado?, ¿siquiera se habrían acercado?, ¿O por el contrario, los habían capturado y matado a todos?...

El último de los días, la puerta se abrió, y entró uno de los custodios. Lo levantó de su esquina violentamente y lo sacó de la celda. Lo condujo por un pasillo largo, hasta que llegaron a una puerta que daba hacia el exterior, que a juzgar por lo poco que se veía, parecía un patio. Le quitaron los grilletes de los tobillos y las esposas. El guardia le preguntó si quería tener noticias de sus compañeros, y le dijo que pronto las iba a tener. Abrió la puerta y salieron a un patio muy grande, con un patíbulo en la esquina. Levantó un poco la vista; en una de las ventanas, el Coronel lo miraba.  Había algo de burla en su cara. La operación había fallado. Todos los Sargentos y altos mandos, lo miraron al pasar, con una sonrisa irónica en la cara. Él no los miró: Posó su mirada en su pecho, en el lugar donde había recibido esa primera bala, aquella bala que casi lo mata, aquel día en que renunció a la vida fácil. Al llegar al patíbulo, el custodio le dijo: ahí están tus noticias. Él levantó la cabeza: colgando, con los cuellos rotos, yacían sus compañeros. Todos y cada uno, tal como se los imaginó en sus peores delirios. Ahora él aceptaba su último destino, quizás el único final posible, aunque nunca hubieran querido aceptarlo; el final al que le habían conducido la batalla, la lucha y la esperanza: una soga abrazando su cuello.


Antes que el verdugo jalara la palanca, él cerró los ojos y recordó irónicamente, la única cosa que había escuchado a través de la ventanita durante los últimos días y que tanto había maldecido antes: Las olas del mar.




miércoles, 26 de junio de 2013

Textos/I: Fragmento

Hola. Esta es la primera entrada en este blog y debe ser significativa.
Este es un fragmento de una historia aún inconclusa (en el papel y en la realidad. Pero aunque en papel se sabe que no se puede escribir por siempre, en la realidad aún no se divisa el final de dicha historia y no me interesa divisarlo. Hay algunas cosas tan buenas que merecen durar mucho, mucho más). Los protagonistas son quien esto escribe y cierta mujer que venció el miedo a entrar en el bosque oscuro y encontró las rosas al pie de mis cipreses. Ella es la culpable de que hasta los días poco benignos, sean tiempos de esperanza.

"Tal vez realmente nunca fueron conscientes de lo que iba pasando. Como se ha mencionado, sus acciones no iban encaminadas a un amor. Esa no era la intención (¿y cuál era?). Sus discursos no contenían extrañeza alguna, pero la roca siguió rodando del lado bueno, evitando el despeñadero. (¿Destino? ¿Voluntad? ¿Coincidencia? ¿El amor apuntándoles con su dedo tembloroso, pero inamovible?). Se dieron todas las armas posibles para conocerse completamente. Usando una metáfora (y a ellos les encanta hablar con metáforas) algo bélica, se podría decir que continuamente sacaban un arma cargada, se la ponían al otro en la mano y dirigían el cañón hacia su propia cabeza (¿y por qué nunca hubo disparos?). No hay nada que no sepan uno del otro (o nada que no puedan deducir). Cada cosa que se decían, que se prestaban, que conversaban, que provocaban, era una prenda menos, una piel más que caía. Hasta que llegaron a sus centros y entonces, con el conocimiento de todo lo que había en la superficie y en lo más recóndito, sucedió lo más inesperado, lo menos lógico, la apuesta más baja, lo más bizarro, lo más maravilloso, lo que ni ellos esperaban pero que tomaron como esa bocanada de aire fresco que por fin entraba a su túnel, a su patio de amores fallidos: Se enamoraron.

A ella le gusta la complejidad de él (y eso es, acaso, porque ella también lo es), su poca simpatía, su sarcástico humor, su vida llena de libros y algo solitaria. A él le gusta de ella su carisma, sus dibujos adorables (y ella niega tajantemente ser adorable), su forma de ver la vida, el amor, su risa fácil, o mejor dicho carcajada, su fondo que derrama miel, aunque ella lo niegue frente a la gente (y a veces, ante ella misma); le gustan también su piel y sus ojos, como le encantan sus ojos; su boca, su cabello despeinado y ama cuando no usa maquillaje, aunque ella diga que se ve fatal. Ama su cuerpo y la humedad que ciertas tardes exquisitas ha mojado su mano. Ama su mirada luego de un beso. Ama la forma en que ella le dice Te amo y ama la facilidad con la que él puede decírselo, como si esas palabras hubieran siempre estado reservadas para ella. Ama la complejidad de su simpleza y la simpleza de su complejidad (porque ella es una persona simple. Porque ella es una persona compleja). Ama también cuando ella pone la cabeza en su hombro, cuando le toma la mano y juguetea con su pulgar y su anular, como si quisiera mandar un mensaje oculto. Ama la forma en que lo ama y ama la forma en que la ama."



Esto es por ti y para ti (tú sabes que eres tú). Y en pago, también, de aquel texto que me hiciste hace más de un año, en mi cumpleaños; de las palabras más geniales y sinceras que me han dicho.

PD: 

Hola, muchachos


Hola, muchachos. A los conocidos y/o a ti, desconocido que navegas por la red y te topas con este blog.

Primero que nada, debo decir porqué este blog se llama como se llama. Alguna vez en una clase de redacción, nos pidieron redactar una frase que nos resumiera. La mia, pomposa si quieren, pretenciosa si se les antoja, quedó asi.

Creo en el tipo del espejo y en mi sombra. Ambos son los modelos de mi continuo boceto.

Y esa es la historia.

Debo admitir que no soy gran fan de la tecnología y no soy lo que se llama diestro en mover y descubrir cosas en una computadora, iPads, Windows phones, tablets y demás derivados; yo solo busco y abro direcciones. Nada más. Sin embargo, conozco el gran poder de estos medios masivos de comunicación y las posibilidades utilitarias que tienen, por que eso son: Herramientas.
Crear este blog es la cosa más participativa que he hecho por estos inmensos lares, aparte de tener una cuenta en facebook. Nace por la inquietud de querer poseer una plataforma propia donde difundir mi modesta producción de creaciones literarias, donde apaciguar mis ganas de recomendar algún producto audiovisual, impreso o de otra índole, y cosas por el estilo; será un espacio variopinto, pero con preferencia a cuestiones acerca del arte y la cultura. He visto el uso que les dan a los blogs y me pareció la forma más adecuada y sencilla de hacer lo que quería.
Publicaré cosas aqui de la forma más seguida que pueda, para mantenerlo, si no prometo interesante, por lo menos visitable; Podrán encontrarse algo nuevo cada vez que lo abran. Se agradecerán sus comentarios, críticas, preguntas y sugerencias sobre lo que aqui ponga. Me interesa saber que lo vieron y me interesa saber lo que opinan (por favor no sean condescendientes. Por favor no mienten madres).

Les doy la bienvenida. Mi nombre es Carlos. Pásenle, pásenle.




PD: El título de la entrada es una referencia invertida a una canción de Carlos Gardel. El título original es Adiós muchachos. Los dejo con ella.