Luego
del exitoso estreno en 2011, de la primera parte de este reebot de la saga de ciencia
ficción, llega a cines la secuela El Planeta de los Simios: Confrontación (Matt
Reeves, 2014) con una historia mucho más oscura y dramática que su predecesora.
Han
pasado 10 años desde la sublevación de los simios liderados por César (Andy
Serkis). En ese tiempo han logrado formar una comunidad pacífica dedicada a la
caza y a la protección de su forma de vida. César ya es padre de dos hijos y
cuenta con la lealtad de toda su tribu. Por otro lado, en esos 10 años la
población humana ha sido diezmada por un virus, llevándola al borde de la
extinción. Sin embargo, los pocos sobrevivientes aún se aferran a la vida y
buscan nuevas formas de producir energía para su subsistencia. En esa búsqueda,
sin pretenderlo, afectan la vida de los simios, y las tensiones que hasta el momento
se habían mantenido a raya, se hacen presentes para enfrentarlos con lo inevitable:
la lucha final por la predominancia, en la que solo uno de los dos bandos puede
ganar.
El
Planeta de los Simios: Confrontación usa muy bien todos los elementos que tiene
para contar esta historia de confrontaciones (entendida la palabra como cotejo
con otra cosa, o careo entre dos o más personas) más que de pelea; porque eso
es lo que vemos en la cinta: la tensión previa antes de la guerra inevitable.
Cómo es que la paz se rompe de tajo y los pilares ceden ante la catástrofe. Los
simios logran captar toda la simpatía del espectador, ya que el primer acto de
la cinta se dedica a mostrar cada aspecto suyo que posteriormente nos hará
entender porqué se llegó a ese desenlace, qué se pierde en el camino y qué
podemos esperar del futuro: sus gestos, su organización, sus relaciones
interpersonales y su forma de actuar. Cada personaje delinea su perspectiva y
nos habla desde ella: César representa al líder nato, que tiene claros sus
objetivos y no se doblega ante ninguna amenaza, sino que alienta a todos los
que dependen de su firme voluntad a pelear con él; y Koba, el simio que
comienza la disidencia y pone en duda las decisiones de César ante lo que para
él es una amenaza: la amenaza humana. Él habla desde su pasado de sufrimiento y
su pensamiento duro, de cazador. Ambos son polos opuestos; ambos tienen, a su
manera, razón.
La
trama hace esto también con los humanos, los dota de matices y les da razones
para actuar. Nunca cae en maniqueísmos obsoletos como bien/mal, ni pone a unos u
otros en el papel de villanos, sino que traza perfectamente las justificaciones
de cada bando: Los humanos solo quieren conservarse, renovar su energía para no
extinguirse. En eso se parecen a los simios: ambos quieren vivir. Sin embargo,
ambos cuentan con la misma arma: conciencia. Y, como ya hemos aprendido a lo
largo de tantos siglos, es tanto un don como una maldición.
Los
paralelismos que propone la historia son sumamente fuertes y otorgan un
dramatismo insospechado a la cinta. Como si estuvieran en un espejo, que
refleja todo al revés, César encuentra su contraparte en el personaje de Jason
Clarke, un humano que no desea la guerra y cree en la convivencia pacífica de ambas
especies; Koba, por su parte, es como el personaje interpretado por Gary
Oldman, el líder de la resistencia humana, que ve en los simios una amenaza
para su propia paz y que no titubeará a la hora del enfrentamiento, aunque eso
signifique pérdidas. Dos formas de reflexionar sobre el poder y la forma de ejercerlo.
Por
otro lado, las dosis de acción están bien niveladas, pues llegan cuando tienen
que llegar y duran lo suficiente para dejar satisfecho al espectador, sin
mencionar que en esas espectaculares escenas los efectos visuales cumplen una
parte muy importante para tal efecto; el motion capture de Serkis y Toby Kebbell
(César y Koba, respectivamente) es increíble, pues los matices corporales y
gestuales que ambos actores imprimen en sus actuaciones, valen por si solas el
boleto; asimismo, la confrontación del clímax y la interacción de los
personajes digitales con el entorno son visualmente exquisitas.
El
Planeta de los Simios: Confrontación, es, a gusto mío, una de las mejores
películas comerciales de lo que va del año. Una historia consistente,
interesante, compleja en su trama y en la psicología de los personajes, y
definitivamente una magnífica antesala para una tercera parte que promete ser
dura y definitiva. Aquí somos testigos del derrumbe de dos mundos, que luego
del colapso caen en la cuenta de que viven en una estabilidad ilusoria y que seguirá
así mientras haya otro que amenace su seguridad al querer también existir; por
lo tanto, solo uno puede quedar en pie. Aunque no hay que olvidar que el titulo
sigue siendo solo “El planeta de los simios”. La pertenencia es singular.
Titulo: Dawn of the Planet
of the Apes
Director: Matt Reeves
Actúan: Andy Serkis, Toby
Kebbell, Jason Clarke, Keri Russell, Gary Oldman
Año: 2014
País: Estados Unidos
PD:
Como complemento, les dejó por aquí Before the Dawn of the Apes una
serie de 3 cortometrajes que capturan algunos momentos de los 10 años
transcurridos entre la primera parte y esta. 3 historias que complementan
la perspectiva de la pandemia y el ocaso humano de una forma solemne y
conmovedora. Ojalá les gusten.