domingo, 15 de febrero de 2015

Ni largos ni medios: Cortos/VII: Alexia


No cabe duda que las redes sociales electrónicas tienen, a veces, más información sobre nosotros que muchas de las personas que conocemos. Los que las usamos regularmente, ponemos siempre retazos de nuestra vida aquí y allá: la música que nos gusta, los programas que vemos, las relaciones que cultivamos. Todo se va quedando ahí guardado, expuesto a todos aquellos a los que dejamos entrar a nuestro muro (entrados en herejías, quizás la extensión cibernética del espíritu. Quién sabe).

Ahora, imaginen que la persona que aman, muere. Ella tenía un facebook, como prácticamente cualquiera, que queda abandonado ante el deceso de su dueña. Ante la tragedia, movidos por la curiosidad enfermiza y el inevitable recuerdo, por la noche no cesan de ver el perfil de su ex pareja, donde las canciones y los estados bobos han sido reemplazados por tristes condolencias y referencias al pasado. Para colmo, la foto de perfil sigue mostrándolos a ustedes dos juntos, y así se mantendrá, inevitablemente, porque ella, Alexia, ha muerto.

Sin embargo, pronto algo inesperado pasa. De pronto, ante el cobijo nocturno y el silencio sepulcral de la habitación, un inbox les llega. ¿Quién es? Se preguntan. A esta hora, quién querrá platicar. Miran el mensaje.

Es Alexia. Que aún muerta, quiere hablar. Contesten.


Si no, se enojará. 



Siguiendo la tradición de poner pequeños grandes relatos de terror (que han sido particularmente bien acogidos por el público, gracias), hoy les comparto este cortometraje del director y guionista argentino Andrés Borghi, reconocido por el hilarante cortometraje Otakus (2007) y mundialmente famoso por haber dirigido el corto Working Day, nombrado ganador en el año 2010 del concurso Your Big Break, celebrado en Nueva Zelanda y donde el productor y director Peter Jackson lo seleccionó como ganador.

Director de varias producciones caseras e independientes, Borghi presenta ahora Alexia, un cortometraje de terror que ha sido presentado, con éxito, en varios festivales especializados (SITGES, MÓRBIDO, HORRIBLE IMAGININGS, etc.). Llegué a conocerlo gracias a que un amigo me lo compartió en facebook a través de su página http://www.erinares.com/ y cuando terminé de verlo, pensé que debería estar en este espacio. Sin más, se los dejo a continuación. 



PD: Les dejo la página oficial de Andres Borghi, donde pueden ver todas sus producciones. Vale la pena.


Saludos a todos. Felices pesadillas facebookeras. 


lunes, 2 de febrero de 2015

De qué va el libro/VII: Trilogía de la Fundación


La controversia por el futuro es interminable. Las ganas de anticipar el tiempo venidero tal vez nunca se extingan, debido a esa manía curiosa propia del ser humano por conocer qué hay más allá de lo que ahora ve y sabe; tal vez una manía que responde a un inevitable afán controlador, incluso del tiempo que aún no llega… y a la resistencia del miedo contra la incertidumbre.

El género de Ciencia Ficción (término acuñado por primera vez en 1926 por Hugo Gernsback en su revista Amazing stories) relata historias más bien especulativas que nos hablan del impacto de las innovaciones tecnológicas, en ámbitos que van desde lo social hasta lo político, pasando por las relaciones humanas y hasta los encuentros con otras formas de vida. Sus límites siguen siendo indeterminados, pues es un género que se nutre de la ciencia, de la tecnología, de la química, del devenir mismo de nuestras sociedades en todas sus estructuras. Y ahí está la magia: hay carta abierta a la imaginación.


Hay bastantes representantes más que geniales de la Ciencia Ficción, pero sin duda una de ellos es insoslayable: Isaac Asimov. Nació en Rusia en 1920 y emigró con sus padres a Estados Unidos a los 3 años. Desde pequeño tuvo gran afición por la ciencia ficción, por lo que desde los 11 años comenzó a escribir pequeñas historias, logrando vender la primera de ellas a los 18. De ahí en adelante, la escritura se volvería en otra de sus pasiones que ya no abandonaría nunca. Asimismo, estudió Bioquímica en la universidad de Columbia y fue catedrático de la universidad de Boston. Entre sus escritos más famosos, se encuentra Yo, robot (1950), Las Bóvedas de Acero (1954), El Sol Desnudo (1957) y Un Guijarro en el cielo (1950). Murió en 1992. 



Asimov, no obstante, es autor de una de las mayores sagas de Ciencia Ficción escritas: la Trilogía de La Fundación, compuesta por Fundación (1951)*, Fundación e Imperio (1952) y Segunda Fundación (1953), ganadora en 1966, en la XXIV Convención Mundial de Ciencia Ficción, del premio Hugo a la “Mejor Serie de Novelas”. Una saga imperdible tanto para los amantes del género, como a los de la literatura en general.

La Trilogía de la Fundación transcurre decenas de miles de años en el futuro, donde el humano se ha diseminado por toda la galaxia, pero sigue unido en un único y colosal Imperio Galáctico, conformado por miles de planetas. La capital es Trántor, una ciudad-mundo que alberga los principales centros políticos y económicos. Aunque todo parece prosperidad, un psicólogo, Hari Seldon, preveé la inevitable y funesta caída del Imperio con ayuda de la Psicohistoria, una excepcional disciplina que conjunta la Sociología con las Matemáticas y la Estadística, con la que puede vaticinar el comportamiento de grandes masas humanas (pero SOLO de grandes masas). De esta forma, para adelantarse a la barbarie de 30,000 años que sucederá al colapso del Imperio, crea la Fundación en un extremo de la galaxia, una asociación de científicos cuyo destino es, según las palabras del propio Hari Seldon, ser el núcleo de un segundo Imperio Galáctico que se formará luego de tan solo mil años de barbarie.

El poderío de la Fundación crece, sorteando muchos obstáculos de una y mil formas, hasta que la aparición de El Mulo, un mutante con poderes psíquicos, desafía todas las previsiones, poniendo en peligro el cumplimiento del llamado Plan Seldon, pues escapa a todos los cálculos posibles. La salvación de la galaxia necesitará entonces la mano de la Segunda Fundación, totalmente secreta, de la que todos habían oído hablar, pero de la que nadie sabía absolutamente nada… salvo que estaba en el extremo opuesto de la galaxia



Con esta atractiva base, que es apenas la punta del iceberg en la historia, estamos ante una de las mayores obras escritas de ciencia ficción, tanto en planteamiento como en amplitud. La ambición de Asimov con La Fundación es realmente inmensa y la ejecución está lejos de ser solo “buena”; él mismo declaró que la base para el esbozo de esa “historia del futuro”, toma prestados los anales de la historia humana del pasado, irónicamente. Asimismo, la forma de desarrollar los conflictos y de resolverlos, la creatividad de las ideas y del relato, así como las muchas vueltas de tuerca, revelan una planeación que va más allá de la construcción dramática de un relato ficticio, sino que expone la formación científica de su autor; basta ver una entrevista suya para entender el tono y porqué la ciencia ficción le parecía tan interesante: era una forma de atreverse a lanzar hipótesis acerca de las novedades científicas y sus posibles alcances. No en vano, y por dar un ejemplo concreto, a Asimov se le atribuye la acuñación, en 1942, del término “Robótica”, para designar la ciencia que estudia a la creación de robots**, así como la concepción de las tres leyes fundamentales de ella, que, aún salidas de la ficción, han permeado las investigaciones en el campo.

En los cincuenta, las ideas de viajar a miles de años luz en el espacio, los campos de fuerza, las redes de comunicación que interconectaban personas, grupos y sociedades enteras, por mencionar algunas, eran novedosas y respondían a un impulso tecnológico que a inicios de la Guerra Fría aún tenía muchos frutos que dar; en prácticamente toda la producción literaria de Asimov, no se oculta ese optimismo tecnológico propio de los años en los que escribió La Fundación, esos tiempos donde la idea de que existieran aparatos personales conectados a una super computadora con miles de bases de datos llenas de información era tan solo fantasía. Con todo eso, es cierto que muchas cosas de las que propone son inocentes y se quedan cortas de alcance, pero vaya, si ni aún nosotros sabemos qué pueda hacerse en el futuro, la excusa es más que entendible.


Cabe destacar que, a pesar de que solo se plantea a la Trilogía de la Fundación como la original y la más importante, la saga completa está compuesta por alrededor de 15 libros*** repartidos entre cuentos y novelas, y donde cada uno cuenta historias relacionadas con toda la progresión tecnológica y social del mundo ideado por Asimov.

Este tipo de consideraciones tanto históricas como personales, develan la justa importancia de una saga que ha cautivado a muchos y cuyas influencias se pueden percibir en una enorme cantidad de historias añejas e incluso actuales, que toman lugar en el terreno galáctico. La deuda con Asimov es vano negarla, y más aún, difícil de pagarla. Así pues, espero que disfruten la lectura de la Trilogía de la Fundación, que les aseguro que no se arrepentirán ni un instante. Un mundo y un relato fascinantes, los esperan en las páginas del grandioso Ciclo de Trántor.


Notas

*Es importante destacar que este primer libro es la unión de 5 relatos cortos que fueron publicados originalmente en la década de los cuarenta en la revista Astounding Science Fiction, dirigida por el editor John Campbell, pilar fundamental en el desarrollo de la Ciencia Ficción.

**Palabra acuñada en 1920 por el checo Karel Capek, en su obra teatral R.U.R

*** De los cuales solo dos son secuelas de la trilogía original: Los Límites de la Fundación (1982), Fundación y Tierra (1983), y otros dos son precuelas: Preludio a la Fundación (1988) y Hacia la Fundación (1993); todos escritos casi 30 años después del último libro de la trilogía original por presiones editoriales