viernes, 10 de enero de 2014

Cuentos memorables/V: La muerte tiene permiso


Cierto día mientras hurgaba en los libros de mi casa, me encontré con uno titulado Lo fugitivo Permanece, que recientemente había traído mi papá y que era una compilación de cuentos mexicanos editado por la Secretaría de Educación Pública (SEP). Yo, que soy un gran aficionado al género del cuento, lo tomé con interés. El libro me agradó bastante y me parece, hasta ahora, una excelente compilación de historias escritas por los autores mexicanos más reconocidos e importantes. Uno de los mejores  libros de cuentos que poseo.

Entre sus páginas se encuentran 21 cuentos que tocan temas como la identidad, el dramatismo del devenir urbano y rural, el aspiracional modo de pensar, la concepción mítica de la vida, entre otros. De todos, hay algunos que me gustaron más y quiero ponerlos todos en este espacio. Mientras tanto, la primera historia que les compartiré es un clásico de la narrativa mexicana titulado La muerte tiene permiso, del autor Edmundo Valadés.



Edmundo Valadés nació en Guaymas, Sonora, en 1915; murió en 1994. A los seis años de edad se mudó a la Ciudad de México y a partir de 1937 fue reportero, articulista, cronista y columnista. Del periódico Novedades fue secretario de redacción y director de la sección editorial. En otros periódicos (El Día, Excélsior, Uno más uno) publicó columnas de carácter cultural y crítica literaria.

Fue subjefe de la oficina de prensa de la República en el gobierno de Adolfo López Mateos. Enseñó periodismo en el Centro Mexicano de escritores (1965-1966) y fue miembro de varios jurados literarios, entre ellos, el de Novela México*

Su obra narrativa, cuentística, está reunida en dos volúmenes: La muerte tiene permiso (1955) y Sólo los sueños y los deseos son inmortales, palomita (1980). Pero quizás el más célebre de sus trabajos sea El libro de la imaginación (1970). También editó una antología con Los cuentos de El Cuento (1981)**

En La muerte tiene permiso, unos campesinos, habitantes del pueblo de San Juan de las Manzanas, se encuentran frente a un estrado con los miembros de la asamblea, ingenieros que atienden primero sus chacoteos antes que otra cosa. Cuando por fin se dignan a escucharlos, los campesinos, uno a uno, comienzan a hablar acerca de los problemas que tienen en el pueblo: el agua, la escuela, y el más grave de todos: el presidente municipal, quien hace caso omiso de las necesidades de su población y encima abusa de ella. A medida que el campesino portavoz habla, las injusticias que enumera adquieren un tono alarmante. Cuando todo parece no poder ser peor, los campesinos hacen una petición que pondrá a los miembros de la asamblea en un dilema tanto moral como ético.

Está resumida en este cuento la precaria situación de vida en la que se encuentra el entorno rural del país; los campesinos de La muerte tiene permiso, al no tener ninguna salida para hacer algo más, y encontrarse ignorados por los grandes mandatarios y la justicia, no encuentran otra forma de poner sus vidas en orden que, como dice la expresión popular, tomar al toro por los cuernos; hacerlo ellos mismos todo. Cuando el cuento llega al punto final, el lector se encuentra ante una declaración que podría parecer incluso cómica, pero que en su justo contexto lleva a una reflexión acerca de qué se está haciendo por las minorías y en donde han quedado la justicia y el bienestar en este país.

Abajo adjunto el link donde pueden leer el cuento completo. Un texto breve pero entretenido, que no los defraudará y que consumirá 5 minutos de su tiempo. Ojalá les agrade.


El link:



Muchas gracias por leer, no olviden darle like a la entrada y compartirla si les agradó. Hasta la próxima


*”Escritor sonorense” disponible en [http://www.sonoramagica.com/index.php?option=com_content&view=article&id=72:cronista&catid=40:literatura&Itemid=59] consultado el día 8 de enero de 2014

**”Edmundo Valadés” disponible en [http://elcuentodesdemexico.com.mx/edmundo-valades] consultado el día 8 de enero de 2014


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