Uno
de los primeros lugares que visité fue una sala de cine. El lenguaje
cinematográfico me ha acompañado toda la vida, por lo que puedo decir que ver
películas es una de mis grandes aficiones. De todo tipo y género: comedia,
drama, terror, cine negro, denuncia, suspenso… lo que sea lo consumo. Películas
buenas y malas, peores y obras maestras, comerciales o salidas de debajo de una
piedra. Me fascina ver historias a través de una cámara; todo lo que la vida
es, presentada en la forma de la más bella mentira; en la forma de los sueños
(bien ya lo dijo Luis Eduardo Aute: los sueños, cine son).
Por
tanto, declaro inaugurada esta nueva sección del blog en la que comenzaré a
compartirles cortometrajes de toda índole, pues hay muchas cosas muy buenas rondando por ahí
como para ignorarlas. El corto que protagonizará la primera entrada de esta
nueva sección, se titula Plastic Bag. En él, una bolsa de plástico (si, leyeron
bien: una bolsa de plástico, como las que todos compramos en los supermercados)
narra su viaje para conocer a su creador, a través de numerosos paisajes (que
comprenden un basurero, praderas, paisajes desérticos y hasta el fondo del mar),
y un argumento de corte algo existencialista, que raya tanto en lo absurdo como
en lo verdaderamente conmovedor. Una travesía que no pueden perderse.
Tómense
17 minutos de su vida y disfruten de este cortometraje espléndidamente dirigido
y narrado por el director alemán Werner Herzog. Pongo la versión subtitulada.
Ojalá les agrade.
Plastic
Bag
Como
bonus (y para darle música a esta nueva sección), les dejo la rola que menciono
de Luis Eduardo Aute: Cine cine. Gracias por leer.
Tan tán.
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