domingo, 25 de agosto de 2013

El hombre póstumo


Un hombre maduro sale de su casa de la calle Carlo Alberto, en Turín. Anda aletargado y con complicaciones. Está enfermo. Casi siempre lo ha estado. En su camino, de pronto, encuentra una escena que lo conmociona: Un hombre azota fuertemente a su caballo, a la vista de todos. Nadie hace nada. El hombre, de un arrebato, detiene al que golpea al animal y abraza a este por el cuello. Dice unas palabras parecidas a una disculpa e inmediatamente se desploma en el suelo. Horas después despierta, pero no emite una sola palabra. Y no volverá a hacerlo nunca. Así como tampoco podrá moverse, ni valerse por sí mismo; será cuidado por su hermana hasta que muera, 10 años después, en el nacimiento de un nuevo siglo.

Pero ese hombre que pasó enfermo prácticamente toda su vida, hizo algo sumamente grande. Antes de esa muestra de compasión provocada por la demencia, mucho antes, hizo lo que nadie se había atrevido a hacer.

Ese hombre mató a Dios.

Ese hombre de amplia frente, cejas y bigotes poblados, duras facciones, impecables modales, andar elegante y modos delicados (según las cartas y descripciones encontradas de quienes lo conocieron), dedicó su vida entera a asesinar todo aquello que se consideraba “verdad”, “virtud”, “placer”, “orgullo”, “prohibido”, “pecado”, “Fe”, etc. Fue el verdugo de la moral, de lo bueno y de lo malo. Entre su obra, se cuenta uno de los libros más bellos que se puedan leer: la historia de un ermitaño llamado Zaratustra, que baja de las montañas para repartir su sabiduría con la gente del pueblo, su sabiduría del Eterno retorno, que dicta que hay que vivir de forma que se quiera repetir, pues todo vuelve; de la Voluntad de poder, una fuerza inmensa e imparable, presente en toda la vida, que la anima a expanderse, a fortalecerse; la sabiduría de que Dios ha muerto, es decir, que la moral proveniente de la religiosidad, ha muerto. Y sobre todo, Zaratustra trae la buena nueva: Él ha divisado al Superhombre, allá, en el horizonte, donde el sol se asoma.

Ese hombre de quien hoy hablo vivió solo casi toda su vida. Tuvo un gran amigo, un compositor llamado Richard Wagner, pero su amistad no duró mucho. Se enamoró profundamente de una mujer, llamada Lou Salomé, pero ella lo rechazó. Fue la única mujer de su vida. Ese hombre era casi un inválido a los 30 años, presa de una enfermedad mortal para sus tiempos: La sífilis. Tampoco vendió muchos libros; su amplia obra era conocida en pocos círculos. Solo mucho después cobraría importancia (incluso hasta sería utilizado como vehículo ideológico de uno de los movimientos de la derecha radical surgidos durante la Segunda Guerra Mundial: El nazismo). Vivió casi en la pobreza.

Sin embargo, su legado sigue muy vivo. Aún ahora, ese hombre que fuera filólogo, filósofo, escritor y compositor, sigue cautivando a varias mentes (como la mia) con sus escritos, llenos de una contundencia cautivadora, de tal fuerza afirmativa de la vida, que atrapa a la primera lectura. Un día como hoy, hace 114 años, Friedrich Nietzsche moría en su lecho de enfermo, dejando tras de sí una obra que miraba al futuro a la cara y le decía: eres mio.

Este texto es un pequeño homenaje al asesino de Dios, en su aniversario luctuoso, de parte de alguien que se adentró en su bosque oscuro y encontró las rosas al pie de sus cipreses.



 Retrato de Nietzsche, por Edvard Munch. 

Aquí les dejo unos videos sobre él.

Un documental sobre su vida, de la BBC, titulado: Más allá del bien y del mal. 





Un video resumen sobre su pensamiento, de la serie: La aventura del pensamiento, de Fernando Savater.




Por último, una de sus obras musicales, titulada Heldenklage. Muy bella.






Sírvanse comentar si esta publicación especial les agradó o no. Saludos, Superhombres. 


sábado, 10 de agosto de 2013

De qué va la película/V: Mucho ruido y pocas nueces


Hay una frase por ahí, que afirma que William Shakespeare es el mejor guionista de Hollywood. A la obra del escritor inglés se le ha usado en un sinnúmero de producciones (hasta El Rey León está dentro de esa lista), algunas más afortunadas que otras. Y lo que Joss Whedon ha hecho con Mucho ruido y pocas nueces, su nueva (y muy modesta) película, luego del monstruoso éxito de Los Vengadores, confirma que los textos de Shakespeare, efectivamente, sirven perfectamente para hacer buenas películas.



Esta nueva versión de los enredos de un par de parejas que representan formas casi opuestas de amor (unos se enamoran perdidamente; los otros son fríos y juran que jamás sucumbirán al enamoramiento), sitúa la obra original en el tiempo actual y los protagonistas usan trajes y vestidos modernos, acontece totalmente en una casa y está filmada en un elegante blanco y negro.

Mucho ruido y pocas nueces es dirigida con maestría y sobriedad por el guionista y director de culto, Joss Whedon (escritor y director de Los Vengadores; guionista de Toy Story; creador de Buffy, la cazavampiros; etc.), que lleva a Shakespeare hasta un nivel genuinamente gracioso, ágil y encantador. Es una película deliciosa. Le imprime agilidad a los diálogos, que permanecen intactos; hasta las referencias a Italia y al Rey siguen ahí. Hay que reconocer que algunos momentos resultan chistosos solo por la forma de hablar (en rima y de gran teatralidad) y el contenido ideológico y de vocabulario de los diálogos, que en estas épocas y en las bocas de las que salen, resultan simplemente fuera de lugar. La fotografía es impecable y los encuadres son efectivos, funcionales. El elenco, armado con actores que ya han trabajado antes con el director, acierta en sus interpretaciones de los personajes, como espectador se les puede identificar fácilmente, pues cada uno está en su lugar, son fieles al papel y no pretenden ser otro (mención especial para Amy Acker, en su papel de Beatrice, encantadora; y a Alexis Denisof, como Benedick, rol al que le imprime la gracia adecuada y gana en cada escena que aparece).

Quizás el comienzo es un poco lento y más de uno dirá, cuando comiencen a hablar los personajes: Que caray… (Como yo). Sin embargo, conforme avanza la película, se vuelve muy ligera y envuelve en su ligero sentido del humor, que podría decirse “de buen gusto” (lo que sea que eso signifique. Umberto Eco no hizo un ensayo sobre qué cosa es el buen gusto). Al terminar el filme se llevarán un buen sabor de boca, al haber visto una película sencilla pero honesta, que narra bien una buena historia, sin gigantismos, ni trucos especiales.

Les dejo el trailer de la película, que actualmente pueden encontrar en la Cineteca. Échenle un ojo. Saludos. 



Título: Much Ado About Nothing
Director: Joss Whedon
Protagonistas: Alexis Denisof, Amy Acker, Franz Cranz, Clark Gregg
País: Estados Unidos
Año: 2012

domingo, 4 de agosto de 2013

De qué va la película/IV: Antes de la medianoche


Muchos podrán preguntarse: ¿Que carajos puede tener de interesante una película de casi 2 horas de duración, en la que los protagonistas no paran de hablar? Pues la respuesta es sencilla: Si no paran de hablar, es quizás porque tienen mucho que decir.


El director Richard Linklater ha puesto muchas cosas en las bocas de sus dos protagonistas, una pareja que se conoció a los 20, se reencontró a los 30 y lleva una familia a los 40. Ahora hablan de la muerte, de la desilusión, de la pérdida de espontaneidad, de finales. Antes de la medianoche, es la tercera -¿y última?- parte de una de las trilogías románticas más aclamadas de los últimos años. Un filme que no puede dejarse pasar de largo.


Un poco de historia, para los que (como yo hace unos días) no habían escuchado hablar nada sobre esta trilogía: En Antes del amanecer (1995) la primera parte, Jesse es un joven estadounidense que está de viaje por Europa. Celine es una estudiante francesa que va a visitar a su abuela a Budapest. Ambos se encuentran en un tren de camino a Viena y cuando bajan pasan toda una noche caminando por la ciudad, hablando sobre ellos, sobre el amor, el sexo y demás cosas. 9 años más tarde, en Antes del atardecer, (2004), se reencuentran, ahora en París. El acento en ambas películas está puesto en el crecimiento de ambos y de su relación. Si en la primera parte se trata del descubrimiento de sí mismos entre ellos, el lenguaje idílico, la coquetería, la emoción de un nuevo amor, la segunda parte trata acerca de los arrepentimientos, de los “hubiera…”, de la melancolía por lo que no ha salido como se esperaba. La evolución lógica ya sabemos a dónde nos lleva.

En esta tercera parte, han pasado nuevamente otros 9 años (los mismos que han pasado en la realidad, entre cada película y en la historia). Jesse y Celine ahora son una pareja de cuarentones con 2 hijas, que están pasando el verano en Grecia, en la casa de un escritor acompañado por su familia. A manera de regalo de una de las parejas de huéspedes, ambos pasarán la noche en un hotel al sur del Peloponeso y harán lo que ambos han hecho en toda la trilogía: Hablar y hablar.

En Antes de la medianoche, estamos frente a una película donde importan los personajes y lo que dicen. Podría decirse que es una película donde aparentemente,  “no pasa nada”. Aunque lo cierto, es que pasa demasiado; predomina, pues, la razón sobre la acción. En la historia, que prácticamente se realiza en 6 planos secuencias, abundan los diálogos perspicaces, inteligentes, y astutos; la plática comienza en un lado y termina en otro completamente distinto, pasando por los más diversos temas: Los amores añejos, las despedidas, el paso del tiempo y hasta sexo cibernético. A eso hay que sumarle la química innegable entre Ethan Hawke y Julie Delpy y listo, tienes una película fascinante.

Si, sé lo que están pensando: ¿Cómo puedo ver esta película si me he perdido las otras dos?, pues la verdad es que ésta se sostiene por sí sola. A consideración mia, para disfrutar esta joya no es estrictamente necesario haber visto las anteriores. Es cierto que la emotividad alcanzada cuando has sido testigo del nacimiento de ese amor es mucho mayor a cuando no lo has presenciado, pero puede ser igual de deliciosa tomándola como lo que es: Una historia sobre finales.

En resumen, Antes de la medianoche es una gran película, de las mejores en lo que va del año, me parece. Richard Linklater logra hacer sentir real a esta pareja, ahora que ya ha pasado por tanto, ahora que le es inevitable (como a todas las parejas) caer en cierta rutina y en la duda de si continuar juntos es una buena idea. Y viéndolo bien, al final, qué remedio, las dudas y las lagunas son necesarias. Igualmente, luego de la noche, vuelve a amanecer.

Les dejo el trailer de la película. Saludos.



Título: Before midnight
Año de producción: 2013
Director: Richard Linklater
Protagonistas: Ethan Hawke, Julie Delpy